sábado, 20 de septiembre de 2014

Transición Epidemiologica


Para poder entender este fenómeno es primordial saber lo siguiente:

"La vida no es sino una sucesión de transiciones"

En ella se expresa los procesos profundos de cambio que van conduciendo de un estadio de existencia a otro. Lo mismo se aplica a las personas que a las instituciones.

En ambos casos lo único que no cambia, como se ha dicho tantas veces, es el cambio mismo.


Por eso hoy quiero reflexionar sobre esas 

transiciones.




La transición de la transición de la salud

Fue el epidemiológo egipcio naturalizado estadounidense, Abdel Omran, quien acuñó ese término en un trabajo clásico publicado en 1971. Omran tomó como punto de partida los conceptos y hallazgos en torno a la transición demográfica, la cual se refiere a la
interrelación entre los niveles de fecundidad y de mortalidad. Omran extendió el análisis de esta última para ir más allá del mero estudio de los niveles y abordar el de las causas. Ello habría de abrir un nuevo horizonte para entender la dinámica de las condiciones de salud en poblaciones humanas. 

Así, resultó claro que el descenso secular en los niveles de mortalidad había sido selectivo en cuanto a las causas de defunción y a los grupos de edad.
El término “transición epidemiológica” pasó entonces a referirse al proceso por el cual este tipo de enfermedades iba siendo sustituido por los padecimientos no transmisibles, Omran considera y designa a esta fase de la transición la “era de las enfermedades degenerativas y producidas por el hombre”. Una variante común de este mismo termino consiste en llamar “enfermedades de la civilización” a los padecimientos crónico-degenerativos.

Parecería, en la elección de estos términos, que las enfermedades infecciosas son de alguna manera no civilizadas y se dan en sociedades primitivas, las cuales están indefensas ante las fuerzas de la naturaleza. Así, daría la impresión que morir de un infarto al miocardio es algo más civilizado y menos natural que morir de una diarrea aguda. Nada más lejos de la verdad.

Si acaso pudiéramos hablar de enfermedades  “de la civilización” o “producidas por el hombre”, 
ésas serían, en todo caso, las infecciosas, pues su diseminación siempre estuvo ligada a tres  grandes fuerzas civilizadoras: la migración, el 
comercio y la conquista militar.

Me he llegado a convencer que muchos de los analistas a los que no les gusta el término de transición epidemiológica han desarrollado este rechazo debido a los elementos lineales y reduccionistas que se encuentran en la obra de Omran. 

Sin embargo, es posible superar estas limitaciones sin dejar de aprovechar el dinamismo que el concepto de transición imprime al análisis de los procesos de salud. En efecto, a pesar de sus errores, no se puede regatear a la contribución de Omran su originalidad y su importancia.
Sin embargo, ella no recibió mucha atención durante los años que siguieron a su publicación.

Tiempo más tarde se dio un re descubrimiento de la transición epidemiológica y el tema empezó a atraer la atención lo mismo de investigadores que de formuladores de políticas empezaron a surgir nuevas formulaciones conceptuales y verificaciones empíricas. En este breve recuento no pretendo hacer una revisión exhaustiva de tales contribuciones.


Así, no les debe extrañar que el tema de la transición de la salud me haya atraído intelectualmente, pues me ha tocado actuar en un entorno de transformaciones en todos los órdenes: económico, político, científico, cultural, tecnológico, demográfico y, desde luego, epidemiológico. Habrá que mantener un proceso continuo de revisión de los cambios epidemiológicos, a fin de detectar el desarrollo de patrones emergentes que puedan ir configurando nuevos modelos, hasta ahora insospechados.
Sin duda, en el  futuro se deberá enfocar con mayor intensidad la segunda transición, la de la
atención a la salud. Sobre todo en estos tiempos de reforma, será indispensable comprender mejor las fuerzas económicas, políticas, culturales y tecnológicas que determinan la configuración y el desempeño de los sistemas de salud. Quizás al entenderlos mejor seremos capaces de lograr una transición de la atención a la salud que realmente responda a los retos de la compleja transición epidemiológica.