lunes, 15 de diciembre de 2014

¿El sistema de salud Mexicano está diseñado para tratar enfermedades crónico-degenerativas?

El Sistema de Salud mexicano fue originalmente diseñado para atender enfermedades infecciosas, tales como la diarrea, la neumonía y el paludismo, que fueron durante décadas las principales causas de muerte en el país. En consecuencia, el sistema se conformó para poder diagnosticar de forma rápida padecimientos infecciosos, recetar medicamentos durante un tiempo relativamente corto y curar la enfermedad, tras lo cual el paciente regresaría a su vida normal. Sin embargo, en las décadas pasadas el país ha presentado una transición epidemiológica en la cual ha
aumentado la prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas, que actualmente presentan la mayor tasa de mortalidad.

El problema es que el modelo de tratamiento para este tipo de enfermedades es sustancialmente diferente al que contempla un sistema dirigido a atender enfermedades infecciosas. Las Enfermedades Crónicas requieren monitoreo constante y especializado; requieren también que el paciente entienda su enfermedad, asuma una responsabilidad mucho más puntual y duradera sobre la misma; y que cambie sus costumbres y estilo de vida. Estructuralmente, el Sistema de Salud mexicano – como el de la mayoría de los países – no está preparado para la epidemia de Diabetes. Síntoma de esto son los resultados de la ENSANUT 2012 respecto a la atención médica a personas con Diabetes: de acuerdo con esta encuesta, el 63.2 por ciento de las personas con Diabetes encuestadas reportó cumplir con la periodicidad de consultas médicas, donde se realizaron detecciones de colesterol y triglicéridos a 70.6 por ciento de los pacientes; 44.1 por ciento refirió toma de presión arterial al menos una vez al mes; un porcentaje pequeño reportó seguir una vigilancia estricta del control metabólico, ya sea con la determinación de glucosa en sangre (21.7 por ciento) o de hemoglobina glucosilada (7.7 por ciento); 8.6 por ciento reportó revisiones oftalmológicas y 14.7 por ciento revisiones de pies.

lunes, 20 de octubre de 2014

Antecedentes de la Vigilancia Epidemiologica en México

El origen de la notificación periódica de las enfermedades infecto contagiosas se remonta al año 1944, un año después de la creación de la Secretaría de Salubridad y Asistencia Pública (hoy Secretaría de Salud) con la notificación de 14 enfermedades transmisibles (Brucelosis, Difteria, Disentería, Lepra, Meningitis, Paludismo, Poliomielitis, Sarampión, Sífilis, Tifo, Tifoidea, Tosferina, Tuberculosis y Viruela) y el envío de la información a la Dirección General de Epidemiología, institución designada por la Secretaría de Salubridad y Asistencia Pública, como la responsable de analizar y difundir los resultados en el Boletín Epidemiológico mensual y bimensual.

Al año siguiente, en 1945 se creó y operó la hoja epidemiológica que concentraba la información de morbilidad, la cual fue evolucionando hasta la década de los setenta en que se conoció como formato de reporte

EPI-1-79, basado en la novena Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-9) con 50 diagnósticos, organizados en 13 grupos de enfermedades, y se crea la Notificación Semanal de Casos Nuevos de Enfermedad.

Para 1985 se sentaron las bases de un nuevo formato de notificación semanal denominado EPI- 1-85, con 88 diagnósticos pertenecientes a 10 grupos de enfermedades, este formato incluía Diabetes mellitus, Hipertensión arterial y dos Neoplasias dentro de las enfermedades crónico degenerativas. En esta época se inició el empleo de computadoras para concentrar y organizar los datos en modo de hojas de cálculo, además se fortaleció la comunicación interinstitucional.

Hacia 1994 se inició la conformación del SUIVE, el cual se estableció mediante el Acuerdo Secretarial
número 130, firmado en 1995, en éste se estableció el compromiso de todo el Sector Salud para utilizar el formato EPI-1-95 con 69 diagnósticos distribuidos en 9 grupos de enfermedades: la captura de los datos se haría en el programa de cómputo SUAVE, con base en la NOM-017- SSA2-1994, Para la vigilancia epidemiológica.


A partir de ese momento la notificación semanal cobró mayor importancia al homologar los criterios de reporte en el programa SUAVE; posteriormente en el año 2000 el formato de registro cambió el nombre por SUIVE-1-2000, el cual contenía 96 diagnósticos correspondientes a 12 grupos de enfermedades, en este se habían agregado otras enfermedades crónico degenerativas como Desnutrición, Neoplasias y Accidentes. Al finalizar el año 2002, el formato cambió por el de SUIVE-1-2003 con 97 diagnósticos, 13 grupos de enfermedades y la inclusión por sexo masculino y sexo femenino.

En el año 2004 el formato recibió el nombre de SUIVE-1-2004 con 98 diagnósticos distribuidos en 13 grupos de enfermedades predefinidas, además de las opciones de registro de enfermedades de interés local y/o regional, y de otras consideradas de notificación inmediata. Este formato está basados en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud, Décima Revisión (CIE-10) concentrándose en el programa SUAVE
versión 4.

Desde el año 2007 la Notificación Semanal de Casos Nuevos de Enfermedad se realiza a través del formato SUIVE-1-20071 el cual reporta 113 enfermedades; de éstas, 100 están distribuidas en 13 grupos y las 13 restantes son enfermedades que por su importancia están sujetas a notificación inmediata además de incluirse en el reporte semanal: Fiebre amarilla, Peste, Fiebre recurrente transmitida por piojos, Tifo epidémico, Tifo murino, Fiebre manchada, Encefalitis equina venezolana, Meningitis por Haemophilus influenzae, Fiebre del oeste del Nilo, Efectos indeseables de las vacunas y/o substancias biológicas, Poliomielitis, Meningoencefalitis amebiana primaria e Intoxicación por picadura de Abeja Africana. También se hace un llamado a los médicos para que notifiquen los eventos considerados como Urgencias epidemiológicas y cualquier tipo de fiebre hemorrágica.


MARCO JURÍDICO

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Artículo 4°, párrafo 3°, habla del derecho social de toda persona a la protección de la salud.










Ley General de Salud

El título octavo hace referencia a la prevención y control de enfermedades y accidentes conformado en cuatro capítulos: Disposiciones comunes, Enfermedades transmisibles, Enfermedades no transmisibles y Accidentes.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Sistema de Vigilancia Epidemiologica

Este blog se me hace de suma importancia para todos los que trabajamos en el área de la salud, por una mala costumbre solo se cree que es tarea de los epidemiologos hacer esta actividad.
El panorama de salud en México ha presentado, desde mediados del siglo pasado, profundas transformaciones condicionadas por cambios en la estructura de la población, estilos de vida y estatus socio económico, sin dejar de reconocer el papel que han tenido los servicios de salud y la incorporación de nuevas tecnologías médicas, para atender los problemas de salud de la población.
Actualmente nuestro país muestra modificaciones favorables en los perfiles de salud de amplios sectores de la población, sin embargo también persisten importantes rezagos que requieren grandes recursos para su prevención y control. 
La transición en salud que se experimenta, esta caracterizada por el traslape de dos desafíos: el rezago en salud y los riesgos emergentes. En las últimas décadas, las principales causas de mortalidad, encabezadas por las enfermedades transmisibles fueron sustituidas de manera paulatina por padecimientos no transmisibles y otros problemas de importancia epidemiológica, entre los que se pueden mencionar a las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, los padecimientos mentales, las adicciones y las lesiones por causa externa, lo que refleja un incremento en los riesgos asociados a la industrialización y la urbanización y que concentran entre otros, dos tercios de la mortalidad general.

En este cambio hay que agregar el surgimiento de infecciones como el SIDA, el resurgimiento de infecciones que parecían controladas como la tuberculosis, el paludismo, el cólera y el dengue, además la resistencia antimicrobiana y el advenimiento cada vez mayor de la farmacodependencia y la contaminación ambiental, que sitúan a países como el nuestro en graves problemas de demanda y contra oferta de servicios, al no disponer de todos los recursos necesarios para su adecuada atención

Los desafíos y responsabilidades en materia de salud pública continúan siendo un reto para los servicios de salud, lo que necesariamente requiere de la constante formación de más y mejores recursos humanos y del establecimiento de mecanismos adecuados de información y vigilancia epidemiológica eficientes que permitan orientar la prestación de los servicios de manera adecuada y garantizar así, la solución de los problemas de la población en los lugares donde más se necesita. Los sistemas de información y vigilancia epidemiológica enmarcados en el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE), han permitido conocer con mayor precisión, el estado de salud de la población y sus factores de riesgo. 

Con la creación del SINAVE desde 1995, se estableció el Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica (SUIVE) el cual sistematiza la información de morbilidad y mortalidad con participación de todo el Sector. Con el establecimiento del SUIVE, se homogeneizaron los criterios, formatos y procedimientos de notificación en las distintas instituciones del SNS

Los componentes del SUIVE son: el Sistema de Notificación Semanal de Casos Nuevos (SUAVE); la Red Hospitalaria para la Vigilancia Epidemiológica (RHOVE); el Sistema Epidemiológico y Estadístico de las Defunciones (SEED).

El SINAVE tiene como objetivo la obtención de conocimientos oportunos, uniformes completos y confiables referentes a los daños y riesgos de la población, a partir de la información generada en los servicios de salud en los ámbitos local, intermedio y estatal



Dispone de un órgano normativo y de coordinación en el nivel nacional, que facilita, fomenta y orienta el quehacer epidemiológico en el país, denominado Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (CONAVE); y se constituye por todas las instituciones del Sistema Nacional de Salud. El CONAVE está representado, en cada entidad federativa, por Comités Estatales (CEVE) que coordinan los esfuerzos de todas las instituciones de salud en cada entidad federativa.

lunes, 6 de octubre de 2014

PERFIL & PANORAMA EPIDEMIOLOGICO NACIONAL

Para hablar de este tema tenemos que comenzar a diferenciar entre Perfil Epidemiológico y Panorama Epidemiologico.

El Perfil Epidemiológico "es el estudio de la morbilidad, la mortalidad y los factores de riesgo, teniendo en cuenta las características geográficas, la población y el tiempo."

El perfil epidemiológico de cualquier grupo social recoge el conjunto de situaciones  objetivas o características que conforman aquello que se denomina ‘la carga  de enfermedades’ que padece ese grupo social o la población en general: esas características o situaciones objetivas se refieren a la morbilidad, a la mortalidad y a  aquellos factores que las determinan.


Desde la perspectiva del desarrollo humano, hay que palpar y visibilizar las condiciones sanitarias para documentar las tendencias, los logros obtenidos, la agenda pendiente y los nuevos desafíos en el  abordaje del tema de su salud. Es importante identificar la magnitud de los problemas  de salud integral, cómo han evolucionado en años recientes, cuáles son los nuevos grupos en riesgo, y cuál es su entorno socioeconómico, cultural y territorial.

En tal sentido, el perfil permitirá conocer las características del grupo en relación a  otros grupos, y definir los parámetros y prioridades de la respuesta social organizada,  tanto en términos de los lineamientos político-estratégicos, el compromiso financiero  con ese marco y las decisiones técnicas y de organización que se deban tomar para  lograr los cambios.

El Panorama Epidemiológico es el aspecto general que presenta un problema de salud o enfermedad que afectan a las comunidades humanas que comparten alguna(s) característica(s) que los une, basándose en el análisis de su situación de salud, la investigación epidemiológica, la evaluación de tecnologías, y de su vigilancia epidemiológica.

Perfil Epidemiológico de México; México atraviesa una transición epidemiológica que se caracteriza por el predominio de  enfermedades crónico-degenerativas y el rezago de algunas patologías de tipo infecciosas, algunas  de las cuales son altamente prevenibles. Este panorama pone en perspectiva las condiciones de  salud de la población y se convierte en un instrumento a tener en cuenta para enfocar las acciones en  salud. Uno de los logros sociales más sobresalientes de México en el siglo XX fue el notable descenso de la mortalidad, lo cual se ve reflejado en el perfil epidemiológico, indicativo de una sustantiva mejora en las condiciones generales de vida.




sábado, 20 de septiembre de 2014

Transición Epidemiologica


Para poder entender este fenómeno es primordial saber lo siguiente:

"La vida no es sino una sucesión de transiciones"

En ella se expresa los procesos profundos de cambio que van conduciendo de un estadio de existencia a otro. Lo mismo se aplica a las personas que a las instituciones.

En ambos casos lo único que no cambia, como se ha dicho tantas veces, es el cambio mismo.


Por eso hoy quiero reflexionar sobre esas 

transiciones.




La transición de la transición de la salud

Fue el epidemiológo egipcio naturalizado estadounidense, Abdel Omran, quien acuñó ese término en un trabajo clásico publicado en 1971. Omran tomó como punto de partida los conceptos y hallazgos en torno a la transición demográfica, la cual se refiere a la
interrelación entre los niveles de fecundidad y de mortalidad. Omran extendió el análisis de esta última para ir más allá del mero estudio de los niveles y abordar el de las causas. Ello habría de abrir un nuevo horizonte para entender la dinámica de las condiciones de salud en poblaciones humanas. 

Así, resultó claro que el descenso secular en los niveles de mortalidad había sido selectivo en cuanto a las causas de defunción y a los grupos de edad.
El término “transición epidemiológica” pasó entonces a referirse al proceso por el cual este tipo de enfermedades iba siendo sustituido por los padecimientos no transmisibles, Omran considera y designa a esta fase de la transición la “era de las enfermedades degenerativas y producidas por el hombre”. Una variante común de este mismo termino consiste en llamar “enfermedades de la civilización” a los padecimientos crónico-degenerativos.

Parecería, en la elección de estos términos, que las enfermedades infecciosas son de alguna manera no civilizadas y se dan en sociedades primitivas, las cuales están indefensas ante las fuerzas de la naturaleza. Así, daría la impresión que morir de un infarto al miocardio es algo más civilizado y menos natural que morir de una diarrea aguda. Nada más lejos de la verdad.

Si acaso pudiéramos hablar de enfermedades  “de la civilización” o “producidas por el hombre”, 
ésas serían, en todo caso, las infecciosas, pues su diseminación siempre estuvo ligada a tres  grandes fuerzas civilizadoras: la migración, el 
comercio y la conquista militar.

Me he llegado a convencer que muchos de los analistas a los que no les gusta el término de transición epidemiológica han desarrollado este rechazo debido a los elementos lineales y reduccionistas que se encuentran en la obra de Omran. 

Sin embargo, es posible superar estas limitaciones sin dejar de aprovechar el dinamismo que el concepto de transición imprime al análisis de los procesos de salud. En efecto, a pesar de sus errores, no se puede regatear a la contribución de Omran su originalidad y su importancia.
Sin embargo, ella no recibió mucha atención durante los años que siguieron a su publicación.

Tiempo más tarde se dio un re descubrimiento de la transición epidemiológica y el tema empezó a atraer la atención lo mismo de investigadores que de formuladores de políticas empezaron a surgir nuevas formulaciones conceptuales y verificaciones empíricas. En este breve recuento no pretendo hacer una revisión exhaustiva de tales contribuciones.


Así, no les debe extrañar que el tema de la transición de la salud me haya atraído intelectualmente, pues me ha tocado actuar en un entorno de transformaciones en todos los órdenes: económico, político, científico, cultural, tecnológico, demográfico y, desde luego, epidemiológico. Habrá que mantener un proceso continuo de revisión de los cambios epidemiológicos, a fin de detectar el desarrollo de patrones emergentes que puedan ir configurando nuevos modelos, hasta ahora insospechados.
Sin duda, en el  futuro se deberá enfocar con mayor intensidad la segunda transición, la de la
atención a la salud. Sobre todo en estos tiempos de reforma, será indispensable comprender mejor las fuerzas económicas, políticas, culturales y tecnológicas que determinan la configuración y el desempeño de los sistemas de salud. Quizás al entenderlos mejor seremos capaces de lograr una transición de la atención a la salud que realmente responda a los retos de la compleja transición epidemiológica.